Club de la Union Linares
Club de la Unión de Linares
Bastias|Cardemil Arquitectos y Pablo Montecinos Leyton
Linares, Séptima Región, Chile.
Ladrillo, madera laminada, cristal
Pablo Montecinos Leyton
El Club de la Unión de Linares siempre fue un lugar emblemático de la ciudad. Arraigado en la memoria colectiva de los Linarenses muchas generaciones vieron transcurrir en él los eventos sociales más importantes de la ciudad.
Su edificio original, demolido después de los graves daños causados por el terremoto del 2010, tuvo una importante presencia en la ciudad y su historia. Su elegante arquitectura original lo dotó de una prestancia que le permitió diferenciarse de la arquitectura colonial historicista del entorno, al mismo tiempo que lo cargó de una esencia que perduró durante sus años de funcionamiento.
La nueva construcción debe incorporar una política de costos de edificación y mantención ajustados a la realidad financiera actual, que le permita ser una alternativa sustentable económicamente en el tiempo. Esto se traduce en integrar un Centro de Eventos con capacidad para 470 personas, que permita su subdivisión en 4 grandes salones menores. Creemos que un punto relevante de la propuesta es el balance y la independencia de este nuevo programa con el club social.
La propuesta potencia la esencia del Club de la Unión como un club social, un punto de encuentro entre los linarenses, plasmando en su arquitectura los valores que históricamente ha transmitido a la ciudad y renovándose en una nueva propuesta que le permita darse a conocer y mostrarse atractivo a las nuevas generaciones para invitarlas a participar de él.
Al igual que en el antiguo edificio, el programa no se muestra en un solo acto; se propone recuperar la solemnidad de los espacios, mediante la sucesión de halles, zaguanes, corredores y patios interiores; todos estos elementos de la arquitectura tradicional, pasiva, permitirán generar ventilaciones cruzadas, proteger los recintos del asoleamiento directo, independizar espacios, todas estrategias que permitirán tener un edificio mucho más eficiente en la mantención de su temperatura de confort interior durante todo el año.
Como respuesta al desafío de construir muchos metros cuadrados a bajo costo, se propone utilizar el material constructivo más abundante de la zona, el ladrillo artesanal. De esta manera el proyecto potencia lo local, pone en valor el lugar donde se emplaza utilizando mano de obra experta (todos los maestros de la zona saben construir con este material) y consigue una mayor eficiencia de costos por cuanto es un material que está en el territorio.